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Mujeres que no se conforman con verlo; ¡lo hacen y punto!



¿Por qué conformarse con verlo si pueden hacerlo? Es innegable que la mujer puertorriqueña lleva trazada una sustanciosa tradición de participación en el teatro nacional. Entre ellas, Victoria Espinosa, Sandra Rivera, Lucy Boscana, Myrna Casas, Idalia Pérez Garay, Tere Marichal, Emineh de Lourdes, Sylvia Bofill, Blanca Lissette Cruz, Natalie Droz, Anamín Santiago, Adriana Pantoja, Alina Marrero, Cristina Sesto, Leru Ruiz, Carola García, Deborah Hunt, Joseline Montañez, Lorna Otero, Zuleira Soto, Viviana Torres Mestey, Olga Fontánez, Raquel Torre, Jacqueline Duprey y muchas otras se han destacado por su labor multidisciplinaria. Por otro lado, en el campo cinematográfico no es hasta los últimos diez años que podemos afirmar que la presencia de la mujer va tomando ímpetu. Las cineastas puertorriqueñas actuales no se conforman con verlo, sino con hacerlo y punto.


Este fenómeno ha permeado no tan solo en Puerto Rico, sino también en otros países latinoamericanos; tal vez, debido a nuestras culturas aún dominadas por el puño masculino y altisonante golpeando sobre la mesa. ¿Qué familia tradicional aguanta el empuje de que una madre productora, directora, técnica o actriz abandone el nido de su hogar por varias semanas y con horarios que varían de día a día, según las necesidades del rodaje? No hay marido, hijos ni mascota que puedan sobrellevar tal vida de abandono y miseria. Y aunque estas líneas plagadas de sarcasmo parezcan un mal chistecito de una «desquiciada feminazi», la realidad se escupe con fuerza y no se traga: para la mujer es mucho más escabroso, arriesgado y problemático hacer cine. Es «como si tuviéramos que disculparnos por ser mujeres y hacer cine», tal y como lo expresara en el coloquio «Mujer, identidad y lenguaje en el audiovisual iberoamericano contemporáneo», Claudia Llosa, directora del filme galardonado La teta asustada.


No podemos pasar por alto algunas anécdotas relacionadas a la situación de la mujer dentro del campo cinematográfico, como la de la directora mexicana María Novaro. Ella comenta en una entrevista a Gianmarco Farfán que para poder dirigir su primera película Lola (1989) tuvo que solicitar un permiso al sindicato y en este solo había hombres.. Durante esta época, como el sindicato tenía cláusulas, le iban autorizar para que dirigiera pero no podía incluir a otras compañeras en su grupo de trabajo porque tenían que pertenecer al sindicato. Novaro también estuvo sujeta a bromitas y jueguitos infantiles por parte de colegas masculinos que pretendían probar su pericia.


Existen otras anécdotas que, aunque provienen del ámbito hollywoodense, podríamos relacionarlas de una vez con la situación de las cineastas en Latinoamérica. Por ejemplo, aunque Hollywood produce alrededor de cuatrocientos filmes, solo una docena están dirigidos o escritos por mujeres. Esta situación motivó a crear la organización sin fines de lucro We Do It Together, que tiene como propósito erradicar el discrimen de género en Hollywood. Figuras como Meryl Streep, Patricia Arquette y Jessica Chastain, entre otras, han expresado su indignación porque «la meca del cine» paga salarios menores a las mujeres.


De igual importancia es el tema de la edad en las actrices; y es que como se titula un artículo de la revista Glamour: «Los 30 son los nuevos 50: la nueva tiranía de Hollywood». En el mismo se expone la dificultad que tienen las actrices para obtener papeles luego de cierta edad. Inclusive, personajes que originalmente en el guion pertenecen a edades entre los 30 a 50 años, los productores insisten en destinarlos a actrices mucho más jóvenes y en boga.


Ahora bien, ¿cuál es la situación actual de las cineastas puertorriqueñas? Antes de hablar de las cineastas actuales no podemos dejar de mencionar a las pioneras, entre ellas: Ivonne María Soto, Blanca Silvia Eró, Poli Marichal, Ivonne Belén, Ana María García, Flora Pérez Garay y Sonia Fritz, que en conjunto con otras abrieron el camino para las actuales: Janet Santiago Meléndez, Frances Lausell, Coraly Santaliz, Carla Cavina, Karen Rossi, Margarita Aponte, Glorimar Marrero, Kisha Tikina Burgos, Yamara Rodríguez, Sandra Teres, Mariem Pérez, Mailara Santana, Isangélica Soto, Michelle Malley Campos, Juliana Maité Irizarry, Raisa Bonnet, Vivian Bruckman, Susana Matos, Mariana Emmanuelli, Mariana Roca, Alejandra López, Adriana González Vega, Annabelle Mullen, María Alejandra Rodríguez, Maritere Isern, Maritere Vélez, Aris Mejías, Tristana Robles, Kathy García, Lian Machín, Melody Rose Vendrell, Zorimar González , Cecilia Argüelles y otras tantas que nos quedan por mencionar.


Janet Santiago Meléndez, guionista y una de las productoras del largometraje Yo soy un político (2016) , opina que nosotras mismas estamos un poco marginadas por la falta de arrojo de muchas que, aunque tienen el talento, se limitan por el temor. Para ella es sumamente importante hacer un trabajo de excelencia y demostrarlo con acciones, sin pretensiones. Esto trae como resultado que los compañeros, sin importar el género, perciban su seguridad y el compromiso que tienen con cada proyecto.




Por otro lado Raisa Bonnet, galardonada nacionalmente por su cortometraje Luna vieja (2013) y que además fue selección oficial del prestigioso Festival Internacional de Cine de Toronto, señala que cuando escribe y dirige sus historias no le gusta dar una sola cara de la moneda. Sus personajes femeninos a veces están en situaciones de abuso y otras veces son figuras de poder porque las mujeres al igual que los hombres son sensibles y rabiosas; luchadoras y cobardes.













Carla Cavina, quien lleva en la industria cinematográfica alrededor de catorce años y que su más reciente proyecto se titula Extraterrestres (2016), opina que en esta industria las mujeres se deben probar el doble y que el machismo más difícil de atajar es el sutil, el que existe detrás del paternalismo. Cavina enfatiza que este machismo, o más bien el patriarcado y sus sistemas de dominio, operan a veces minimizando a las mujeres (y a los hombres, cuestionando constantemente su masculinidad). Se manifiesta a través de los chistes que te desautorizan o que una no entiende y también haciéndote sentir como que te están enseñando, porque una «no sabe». Esa condescendencia para ella es la peor forma de machismo porque te invalida como líder y te quita el control como artista.







Isangélica Soto (foto a la izquierda), destacada camarógrafa, guionista y directora de La mala (2008), controvertido cortometraje que presenta el tema de la menstruación, nos comenta que antes de ser madre pensaba que no había experimentado con el sexismo, pero que una vez quedó embarazada lo comenzó a experimentar de una manera muy discreta y silenciosamente a manera de chistes o sorpresa por verla manejar una cámara mientras gestaba a su hijo.


Juliana Maité Irizarry, egresada de la Escuela de Cine y Televisión de Cuba y que acaba de filmar la serie web Ilia (2016), nos explica que uno de sus mayores retos es cuando debe reunirse con inversionistas, agencias de gobierno o privadas para conseguir apoyo. Asegura que tiene que demostrar que «no soy una nena que me creo Tarantino y tiene piernas bonitas, sino que soy una creadora seria y preparada que quiere transmitir cosas a través de su arte».




Sandra Teres (en la foto), productora y actriz destacada tanto en teatro como en cine, resalta que como actriz luego de cierta edad dejas de ser considerada para la mayoría de los papeles, cosa que no ocurre con los actores porque la edad no representa un obstáculo. Igualmente, señala que la mayoría de los personajes femeninos tienden a ser adornos o complementos del personaje protagónico masculino debido a que la mayoría de los guiones son escritos y producidos desde la perspectiva masculina.


Finalmente, Michelle Malley Campos, guionista, directora y actriz del cortometraje En pedazos (2015), próximo a desarrollarse como largometraje, destaca que «en Puerto Rico está pasando algo bien nítido que y es que hay muchísimas mujeres de todas las edades desempeñándose en todas las facetas de la industria del cine con muchísimo éxito». Para Malley Campos el mayor reto es combatir la duda; no ser tu peor enemiga y agarrar el toro por los cuernos sin que nadie te detenga.


Sabemos que nos queda mucho por explorar, discutir y conocer sobre nuestras cineastas puertorriqueñas, pero podemos afirmar que pese a cualquier escollo o piedra en el camino nuestras artistas boricuas están bregando, trabajando, laborando, creando, luchando, gestionando, sudando con tesón un sitial en nuestro cine nacional. Ellas lo hacen, ¡Y punto!


 

Cecilia Arguelles es actriz, productora, escritora y profesora.

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