Igualdad vs. Similaridad
En este camino para lograr la revista que ves ante ti hemos pasado por muchas dificultades de todo tipo. Algunas son las esperadas para cualquier publicación: falta de fondos, tiempo exigido, recursos necesarios y otros. Sin embargo, nuestra revista no es común. Por diseño y deseo de todas nosotras, queríamos hacer una revista que, a la vez de traer temas generales que gusten a las mujeres, tuviera una aportación tangible al tema de los derechos y la igualdad de género. Fue ahí que encontramos problemas mayores.
Algunas de las mujeres que escuchaban nuestro proyecto expresaban, con razón, reservas en cuanto al tema de igualdad de género. Las preocupaciones, como nos fuimos dando cuenta, provenían mayormente de concepciones erróneas en cuanto a los términos utilizados con frecuencia en la lucha por los derechos de la mujer. Así, era común ver que se asociaba el feminismo con el hembrismo (correctamente, misandria) y la igualdad con la similaridad (correctamente, similitud).
Misandria, comúnmente llamada hembrismo, es la aversión (antipatía, rencor, odio) a los varones. Feminismo es, por su parte, la ideología que defiende que las mujeres deben tener los mismos derechos que los hombres. Debido a que se intercambian estas palabras con muchísima frecuencia, especialmente en los medios, se le ha dado un “mal nombre” al feminismo que no guarda relación con la realidad. En Mujeres con Visión somos feministas.
Por otro lado, es importante diferenciar los significados de igualdad y similitud. Más allá de la diferencia en el diccionario, es imprescindible que se conozca la diferencia en las acciones que ambos provocan. Igualdad (equidad en otros contextos más amplios), en nuestro contexto de Mujeres con Visión, significa que nosotras creemos que los derechos del hombre y la mujer tienen que ser los mismos, tanto en su declaración como en su aplicación. Similitud significa que la mujer es o debe ser semejante al hombre. Al revés, creemos que nuestra riqueza y complejidad como mujeres es algo que debemos resaltar y celebrar.
Para completar, queremos dejar claro que nuestro principio cardinal es que tengamos los mismos derechos que los hombres, que disfrutemos nuestras semejanzas y diferencias, que nos apoyemos mutuamente en la lucha por un mundo más igual, digno y próspero, y que juntos, hombres y mujeres, seamos ejemplo para otros y para futuras generaciones.
Esperamos que esta pequeña introducción conceptual haya servido para aclarar algunas de las dudas traídas por quienes han escuchado de nuestra revista. Decimos “introducción” porque seguiremos hablando con ustedes de este y otros temas que son demasiado importantes para dejarlos en el aire.
Notitas educativas:
A. Fundéu (http://www.fundeu.es/recomendacion/similaridad/) nos dice sobre la palabra “similaridad”:
“Similitud es el término apropiado para aludir al concepto de ‘semejanza’, no similiaridad.
La utilización de la palabra similaridad en los medios de comunicación es un uso inapropiado muy extendido: «Basándose en la similaridad de intereses», «Hay una similaridad considerable en estos despegues».
Similaridad, según indica el Diccionario panhispánico de dudas, es un calco innecesario del inglés (similarity) o del francés (similarité), y debe sustituirse por términos españoles como similitud, semejanza, analogía o parecido, según el caso.
Por tanto, en los ejemplos anteriores hubiese sido recomendable escribir: «Basándose en la semejanza de intereses», «Hay una semejanza considerable en estos despegues».”
B. El diccionario de la Real Academia de la Lengua Española no contiene la palabra hembrismo. La palabra correcta es misandria. Definición:
“misandria - Del gr. μισο- miso- 'que odia', der. de μισεῖν miseîn 'odiar', ἀνήρ, ἀνδρός anḗr, andrós 'varón' y -ia.
1. f. cult. Aversión a los varones.”
(http://dle.rae.es/?id=PNfUuIF)