Mujer en la política: Rossana López
En nuestra entrevista con la senadora Rossana López León resultaron evidentes dos cosas: primero, sabe lo que quiere; y segundo, tiene un proyecto para lograrlo. Cuando nos recibió en su oficina en el Capitolio, rápidamente nos integró en su mundo lleno de actividades, proyectos y deseos de superación personal y colectiva. Los avatares de una campaña política a todo tren eran evidentes en su semblante, más vimos cómo transformó eso en un pie forzado para destacar la importancia de abrir nuevos espacios para que la mujer pueda expresarse, darse a conocer y seguir luchando por sus derechos. Cuando por fin comenzamos la entrevista (nos tardamos un poco por problemas técnicos de nuestra parte), ya conocíamos a una Rossana más íntima, más mujer que política.
Si tomamos la experiencia de la entrevista como un todo, antes y después de la grabación, podemos asegurar que Rossana habla con un fin, con una meta en mente. Como política no se retira demasiado del contexto de una campaña en ciernes y del tema principal de esta edición, pero tampoco deja de hilvanar la historia de forma tal que incluya los elementos más importantes de la gestión gubernamental. Nos referimos a la política pública, que es la función de las personas electas luego de terminado el proceso político-partidista. Por lo tanto, la conversación con ella fue la que más de cerca evidenció la dualidad de roles como funcionaria que debe llevar a cabo en este preciso momento de su carrera. Si a eso le sumamos los roles de madre, mujer, esposa y tantos otros, podemos comprender la magnitud de sus tareas actuales.
Rossana es pausada, deliberada. Su expresión, el tono de su voz y sus gestos comprueban que estamos ante una mujer preparada para ejercer su cargo y consciente de la importancia de promover y sostener una gestión gubernamental de contenido e impacto para el pueblo. Conoce de dónde viene como mujer y cuál es la realidad del reto que enfrenta cada mujer puertorriqueña en la consecución de la igualdad de género.
Su preparación como gerontóloga le coloca en una posición sumamente importante de cara al futuro. La población envejeciente en Puerto Rico va en alzada y en el futuro muy cercano serán necesarios muchos cambios políticos, sociales y económicos que reflejen esa realidad. Ella reconoce que su participación en las estructuras que toman decisiones que repercuten en todo el pueblo conlleva una responsabilidad muy grande e insoslayable. Por eso nos resulta gratificante escuchar que está dispuesta y preparada para enfrentar esos retos y ser parte de los cambios que sean necesarios para mejorar la condición de los puertorriqueños.
Orgullosa de su origen, orgullosa de su desarrollo, orgullosa de su capacidad para enfrentar los retos que se avecina. Rossana es una mujer decidida que no tiene reparos en decirle a todos que la mujer puertorriqueña está preparada para tomar las riendas de la gestión gubernamental necesaria para cambiar a Puerto Rico. No rehúye la lucha que tiene por delante para adelantar la igualdad de género, lo que le pone en el mismo medio de la historia que las mujeres puertorriqueñas están escribiendo hoy mismo en nuestra política. Por eso, por lo que es y por lo que representa, Rossana es importante para todas.