Verano de John Coetzee
Cuando compré este libro en una Feria del Libro en Montevideo, un par de años atrás, lo hice de manera compulsiva. Escritor que me gusta: a la canasta.
Si hubiera sabido que es una autobiografía, quizás no lo hubiese comprado. No suelo interesarme en la vida de ningún escritor. Y cuando lo empecé, y me di cuenta, ya estaba en el ruedo. Una vez comienzo un libro, lo tengo que terminar.
Es una autobiografía extraña. Coetzee imagina que muere. Muere, y un biógrafo entrevista 5 personas que le conocieron en los años convulsionados y extraños del fin del Apartheid en Sudáfrica. Me dio mucha ternura la imagen desolada que da el autor de si mismo, la manera descarnada en que se muestra. La percepción que cree que tienen los demás de él me dejó perpleja. Su naturaleza solitaria, sus vínculos familiares y sus amores me hicieron sentir melancólica y triste.
Es un libro sin demasiada complejidad que mata varios pájaros de un tiro. Uno puede presumir de haber leído un libro bien escrito, aprender un poco de esa zona del mundo de la que los latinoamericanos sabemos poco y acercarse a un Premio Nobel a través de su vida. Y además, entretiene.
No es mal negocio para los tiempos que corren.