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Participación de la mujer en la política





De acuerdo a las proyecciones basadas en el censo del 2010 se estima que la población de Puerto Rico para el 2015 era de 3,474,182, de los cuales 1,818,034 somos mujeres. A pesar de que las mujeres representamos sobre el 52% de la población actual, la participación de la mujer en puestos de política sigue siendo menor que la de los hombres. Sorprende aún más cuando la participación de la mujer es mayor al momento de llegar a las urnas de acuerdo a las estadísticas de la Comisión Estatal de Elecciones. En las elecciones del 2012, un 54% de los electores fueron mujeres mientras sólo 16 mujeres fueron electas para algún cargo.

Esta escasa participación de mujeres en puestos electivos no se limita a Puerto Rico. En junio de 2016 sólo el 22.8 por ciento de los parlamentarios nacionales eran mujeres y, aunque estas cifras se han duplicado desde 1995, siguen siendo una representación notablemente baja. Según los informes de la ONU, la participación de las mujeres en los procesos políticos y en las tomas de decisiones mejora dichos procesos, defendiendo asuntos de igualdad de género que incluyen el cuidado infantil, pensiones, leyes de igualdad, reformas electorales y la eliminación de la violencia de género.


Somos la mayoría en la población y somos la mayoría en el electorado. Ahora es importante que busquemos un mayor equilibrio en el Poder Legislativo, ya que las decisiones de presupuesto, política pública y todo cuanto nos afecta se toman allí. Debemos alentar a todas las mujeres a participar más activamente de organismos y comités gubernamentales, partidos políticos y cargos electivos. La oficina de la Procuradora de las Mujeres ha creado recomendaciones para aumentar la participación de las mujeres en la vida política puertorriqueña. Cae una gran responsabilidad sobre todos los partidos políticos en adoptar medidas que garanticen su participación y endoso. Dentro de las recomendaciones se incluyen la preparación de las mujeres para mayor participación, formarlas para que sean candidatas, ofrecer adiestramiento y preparación en medios de comunicación, y construir un ambiente saludable de debate.


Nosotras, como parte de la sociedad, tenemos que romper la forma en que se nos ha venido enseñando a apoyar a los grandes líderes y comenzar a visualizarnos en las posiciones de liderazgo. Debemos apoyar a otras para fomentar aspiraciones de posiciones políticas e incluso sugerirlas para nuestras hijas, familiares y amigas que tienen buenos proyectos y en las cuales notamos el interés de crecimiento y ayuda para su pueblo, para su país.


Pocos países han alcanzado más de un 50% de participación femenina en puestos políticos electos y, aunque en Puerto Rico no hemos alcanzado el 20%, estamos en un momento donde podemos dialogar, sugerir y atrevernos a dar esos primeros pasos. Una mayor participación femenina en la política, está probado, redunda en beneficios para todo el pueblo.


 

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