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La pluma liberadora



Nunca antes en nuestra historia la pluma femenina ha tenido tanto poder. Desde que las potencias europeas llegaron al Hemisferio Occidental, el asunto de la libertad fue primordialmente masculino; una emancipación negada a la mujer y a otros grupos como los nativos, los negros y otras minorías.


Las cosas han cambiado radicalmente. Con la lucha por los derechos civiles y los derechos de la mujer se abrieron nuevos espacios de comunicación para nuestro género. El advenimiento de la radio y televisión provocaron mayor presencia pública de la mujer. Ya con el internet la cosa explotó de maneras hasta hace poco inconcebibles.


Hoy en día casi cualquier mujer con acceso a internet puede formar una revolución. En nuestro lado del mundo, salvo algunas excepciones, dicha revolución puede ser abierta e identificar claramente sus exponentes. Los riesgos de estas acciones, aunque existentes, no suelen ser tan graves si se cuenta con un grupo de apoyo porque se le hace más difícil al censor acallar esas voces. Más cerca, en Puerto Rico, hay muchas mujeres que dejan sentir su voz y actúan diariamente para adelantar las causas de la igualdad de género. Sin embargo, el pueblo en general escucha muy poco de ellas.


Los medios tradicionales del país, encargados de transmitir la información al pueblo desde hace más de medio siglo, han ignorado efectivamente las “juanas del pueblo” que llevan una voz de lucha por la igualdad. Por más que hayan incluido algunos contenidos en los últimos años, la programación continúa siendo mayormente amarillista, machista, patriarcal. La razón para ellos no es un secreto: eso es lo que vende. Lo que pasa es que se vende porque eso es lo que el pueblo conoce, no porque el pueblo esté comprando el mejor contenido.


Lo que vemos, escuchamos y aprendemos está dominado por un círculo vicioso. Porque se vende, se hace. Porque se vende mucho, se hace mucho. Porque se hace mucho, se consume mucho. Porque se consume mucho, se reproduce mucho. Por eso el impacto en el pueblo es tan grande. El que no cree que es así, solo tiene que ver la realidad palpable: ¿Cuál es el rating de WIPR? ¿Cuál es el programa más visto en la televisión puertorriqueña? ¿Cuáles temas acaparan la mayor parte de los medios?


Obviamente, si seguimos con los medios tradicionales estaremos en una pelea muy cuesta arriba. La educación de la mujer puertorriqueña y de toda nuestra sociedad está en manos de las mujeres, no de los medios. Será por medio del esfuerzo de cada mujer puertorriqueña, de cada grupo, de cada comunidad de mujeres, que llevaremos la revolución y lograremos la liberación. En esta lucha, la voz de cada mujer boricua es la pluma liberadora.


Como mujeres conscientes de la necesidad de luchar contra la violencia de género, la desigualdad en los derechos, la inequidad en la paga o los accesos a mejores condiciones, la transversalización del poder y otros asuntos tan importantes, nos toca a nosotras agarrar la pluma disponible, el internet, y llevar el mensaje y la acción concertada al pueblo. Nunca antes tuvimos una oportunidad tan grande de lograr cosas tan importantes. Aprovechemos esta nueva arma para comenzar a cosechar triunfos individuales y colectivos. La liberación llegará de la pluma de una mujer.


 

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