¿Aló? ¿Aló…?
Recientemente me puse a mirar lo que hay en internet sobre la mujer. Como hay tantos millones de entradas sobre la mujer, limité mi búsqueda al tema del feminismo. Sabía que encontraría mucha información, pero no pensé que fueran miles de entradas. Cuando les digo miles, son ¡MILES!
Hay páginas y artículos para casi todo lo imaginable. Me puse creativa y escribí en el buscador todo lo que se me ocurría añadir a esa palabra: gato, caja, lluvia, negro, peste, reloj y muchas más. ¡Para todas había algo! Estoy segura de que si ponía “feminismo negro en gato alto por flacas siberianas” saldrían varios hits, pero no había tiempo para eso. Mi búsqueda iba por otro lado. Quería saber por qué se hace tan difícil conectar con la gente hoy en día.
Primero pensé que se debía a falta de información. Después de buscar, pensé que se debía al exceso de información. Luego de leer un poco sobre las redes y su impacto, me di cuenta de que el problema es otro: hay mucha basura en internet. Por cada entrada valiosa con información pertinente, hay muchas con porquerías que pretenden pasar por humor, odio o seriedad. Como buscando páginas de internet yo controlo lo que veo, no me fue tan mal, pero cuando entré en Facebook y Twitter la cosa se puso bieeeeeeen difícil.
No creo que tenga que entrar a explicar los detalles de la “vida” en estas redes sociales. Por muchas cosas buenas que nos han traído, también hay muchas cosas malas. En el caso de nosotras, mujeres tratando de llevar un mensaje a través de una publicación original, todo el ruido en las redes hace casi imposible que lleguemos a un buen número de personas. Para llegar a mujeres y hombres que puedan estar interesados en nuestro contenido, no nos queda otra que ir de “boca en boca”. Es decir, tenemos que contar con nuestras lectoras para que comuniquen el mensaje a los demás.
Esto se debe a que la mayoría de las personas que usan las redes buscan un “shot” de información, no contenido de envergadura. Eso es comprensible. Con todas las cosas que tenemos en nuestro diario vivir, lo mejor es acudir a las redes para las cosas “light”, para lo inmediato que no requiera pensar mucho y que, ni pa’ los santos, nos pida actuar.
Ante este cuadro no hay mucho que se pueda hacer. Las compañías que tienen dinero pagan por colocar su contenido ante las personas idóneas. Nosotras estamos haciendo esto sin un peso, solo con voluntarias que nos dan sus palabras, profesionalismo y ayuda. Así es que comenzamos y así seguiremos, una a una hasta llegar a todas.
A ti, que has leído hasta esta parte de mi artículo, vayan mis respetos. Eres de las pocas que sacan tiempo de sus ajetreos para buscar algo más. Tú eres nuestra esperanza para llegar a otras, para que nuestra llamada no encuentre a una mujer al otro lado que solo diga “¿aló, aló?”