Hence, no somos inteligentes
Recientemente, las redes hablaron de la noticia de una joven, Tiffany Hernández, cuyo profesor le dijo que el trabajo que había entregado no era suyo. ¿Cómo logró este erudito señor identificar a la impostora? Cuando ella cometió el delito de utilizar la palabra “hence” en su escrito. Esto, junto a otras frases y construcciones lingüísticas, dio pie a que el profesor le indicara que debía señalar todas las partes del escrito donde utilizó “copy and paste”. ¡Ah, y además de escribirlo encima del papel, se lo dijo frente a toda la clase!
Tiffany estudia en Suffolk University en Boston. Por su blog podemos notar que es una mujer preparada y sus reconocimientos atestiguan de ello. En cuanto a su preparación, no hay duda de que pueda escribir bien y hasta utilizar la gloriosa palabra dominguera “hence”. Entonces, ¿por qué pensó el profesor que había cometido plagio? Por ser latina. Sin dorar mucho la píldora, Don Sabihondo pensó que Tiffany plagió su trabajo porque los latinos no pueden utilizar correctamente ni profundamente el inglés. ¡Bárbaro!
El caso de Tiffany es ejemplar porque muchas mujeres pensamos que debido a nuestra preparación somos inmunes al discrimen. Eso no es así. El discrimen, la misoginia, el maltrato y otras conductas indeseables e ilegales muchas veces se dan por el simple hecho de ser quienes somos, no por ser lo que somos. Es decir, a los estúpidos que están al otro lado, los que cometen estos actos, no les importa si tenemos doctorado. Lo que les importa es su percepción de que “los demás” no tienen la capacidad porque son negros, latinos u otras minorías, o porque son mujeres. Esa es una verdad que debemos aprender y que tenemos que combatir.
Tiffany se atrevió a decirlo públicamente (y a presentar prueba de las anotaciones de Mr. Ñemerson en su escrito) y eso hace la diferencia. Muchas mujeres y hombres de grupos minoritarios sufren diariamente todo tipo de discrimen, maltrato y violencia. Muchas callan por diversas razones, pero algunas como Tiffany deciden que el silencio tiene un costo mas alto no solo para ellas sino para todas las mujeres, para las minorías y para el país. Esa valentía vale mucho.
Los gobiernos, las empresas, las universidades y muchas otras instituciones no quieren que se les diga que discriminan. Hay documentales, casos legales, investigaciones y un sinnúmero de escritos que atestiguan de la impotencia de quienes tratan de utilizar los canales “apropiados” para ventilar sus frustraciones o problemas con el discrimen. Esos medios resultan, en su mayor parte, ineficientes o hasta cómplices del discrimen. Por eso es tan importante tener otra voz ante la injusticia. Por eso es tan importante lo que nos dice Tiffany.
Todas las mujeres, todas las minorías, tienen en sus manos la herramienta poderosa del internet. Desde dar la cara como Tiffany hasta utilizar seudónimos o hacerlo a través de terceros, podemos activar a esos cuyo deber es defendernos del discrimen y a la gran masa de personas responsables que se hacen eco de los reclamos y se convierten en parte de la lucha. Si países enteros han cambiado por iniciativas que aglutinan desde el internet, ciertamente podemos enfrentar al Profesor Luminaria en Suffolk University, apoyar a Tiffany y delatar y sacar de circulación a todos los que pretenden seguir conduciendo sus vidas como si fueran los dueños de la verdad y del universo.
Nosotras, desde Mujeres con Visión, estamos haciendo lo nuestro. Confiamos en que todas nuestras lectoras apoyen a Tiffany y también hagan lo suyo.
Puedes leer el blog de Tiffany aquí: https://vivatiffany.wordpress.com/2016/10/27/academia-love-me-back/