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Sin cuentas... #2


En la niñez y la adolescencia, las metas hasta cierto punto son determinadas por nuestros padres y por la sociedad. En mi caso, mis padres se aseguraron de que mis hermanos y yo estuviéramos bien claros de que nuestra meta en la vida era ser responsables, respetuosos, creer en Dios y estudiar. Cada una de esas metas tenía unos objetivos específicos y medibles que se esperaba cumpliéramos para logarlas. Y así fue, en su mayoría. Pero, ya pasados los 30, nos toca definir qué queremos lograr y no porque necesariamente otros lo esperen, sino basadas en nuestros propios deseos. Así que requieren de mucha voluntad y disciplina.

Una vez estudiamos, nos casamos o hacemos familia según queremos y establecemos una carrera – ¿qué metas tenemos? En mi caso, me casé y fui madre en mis 30 – por lo tanto dediqué mi tercera y cuarta década a mi rol de esposa, madre y profesional. Según me fui acercando a la quinta década, me encontré cuestionándome y revisando cómo y cuáles experiencias quiero tener en esta segunda mitad de vida… Una de ellas era como mantenerme saludable para poder tener la energía para acompañar a mi hija en su crecimiento y travesía de vida. Así, encontré el gusto de participar en eventos de correr/caminar.

Participar en carreras me ha permitido no tan solo cumplir mi meta de mantenerme saludable, sino que al hacerlo con otras mujeres en quienes he encontrado una fuente de energía y de camaradería. Poder correr un 5k, 10k o hasta un medio maratón nada tiene que ver con edad o como nos vemos físicamente. Los eventos de carrera son espacios democráticos donde todos pueden participar y todos se apoyan unos a otros. No importa tu edad o peso, si entrenas y te lo propones, puedes completarlas. Claro, los corredores elites corren por otra razón. Pero los que estamos atrás – los que aun cuando ni siquiera hemos recorrido la mitad de la distancia ya vemos a los elites regresando, les aplaudimos y gritamos - vamos a nuestro paso, apoyándonos para llegar a la meta.

En el 2010 invité a dos de mis vecinas a correr/caminar. Ellas nunca lo habían hecho. Ambas se unieron y así compartimos muchas carreras juntas. Cuando me mudé a los EU en el 2012 y veía las fotos de ellas participando de eventos de correr en Puerto Rico, me daba una nostalgia y envidia (de la buena) increíble. En EU, mi esposo y yo nos unimos a otra pareja boricua con los cuales compartimos corridas en Philadelphia. Al regresar a Puerto Rico en el 2014 me establecí la meta de correr el Lola Challege. Este evento consiste en completar tres carreras en un fin de semana: 5k el viernes, 10K el sábado y 21k el domingo. Invité a mi cuñada que vive en Orlando y que recientemente cumplió sus 50 años a que compartiera esta meta conmigo y me acompañara en la locura. Fue una experiencia maravillosa y de mucha satisfacción personal. Poder hacerlo en compañía de tantas mujeres de todas las edades, formas y niveles de salud física, fue terapéutico.

Es importante que continuemos estableciendo metas – no importa la edad. El enfocarse en lograr objetivos mantiene la mente activa y el alma en vela – esperando al próximo logro para continuar disfrutando y celebrando la vida.

 

Daisy Aguilar Guzmán es una amante del aprendizaje. Le encanta leer, comer, reír, gozar y estar con su familia. Como profesional de Recursos Humanos ha dedicado gran parte de su vida a dejar legados de desarrollo a donde quiere que va. Es Coach certificada y feliz.

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