Mujer con Visión: Miriam Zaragoza
Ver el inicio de la vida. Ver su final demasiado temprano. Vivir la fragilidad de la vida humana reflejada en sus seres más delicados y promisorios.
Miriam Zaragoza es enfermera en la Unidad de Cuidado Intensivo Neonatal y Pediátrico del Hospital Auxilio Mutuo. En sus días, todos sus días, hay luchas de esperanza, historias de amor infinito y momentos de dolor casi insuperables. En Mujeres con Visión quisimos conocerle y saber más de su trabajo, el cual provee las satisfacciones más grandes de la vida e igualmente unos retos que para muchas de nosotras resultan incomprensibles.
Todas esperamos con anhelo la llegada de nuestros hijos. Ese momento es, sin duda, uno de los más importantes de nuestras vidas. También es igualmente importante cuando se trata de los hijos de seres a quienes amamos. Como es natural, pensamos en ese día como uno lleno de alegría y miramos hacia un futuro hermoso para la nueva criatura. Sin embargo, no todos los nacimientos son así. ¿Qué sucede cuando algo sale mal, cuando ese bebé anhelado enfrenta situaciones que ponen en peligro su salud y vida?
Aunque gran parte de nosotras no queramos pensarlo o no pasemos por una situación así en todas nuestras vidas, sí hay muchas mujeres que viven momentos angustiosos cuando un bebé cercano pasa por momentos difíciles. Nadie quiere eso. Nadie lo espera. Nadie está preparado para ello. Por eso es tan importante esta conversación con Miriam. Ella vive eso todos los días. Imagínense: TODOS LOS DÍAS.
Nos acercamos con cierta cautela al tema porque esperamos momentos un tanto sombríos en las palabras que salgan de la boca de Miriam. Después de todo, ella es una de esas mujeres que ven y sienten diariamente el dolor de esos seres inocentes y sus familiares. Pero nuestra cautela fue infundada. Antes nosotras se desplegó un ser especial, con una tranquilidad y fe dignas de envidiar. Y es que Miriam ha pasado por todas esas experiencias y las ha tomado como lecciones de amor, de fuerza y de esperanza.
En su entrevista, Miriam nos cuenta que desde pequeña le gustaban mucho los niños y los animales, así que cuando creció sabía que su trabajo sería en una de esas dos áreas. Como su hermana mayor era enfermera, se decidió por seguir la misma carrera, convirtiéndose en enfermera graduada. Para ella era una simple cuestión de luchar por llegar a graduarse, ya que su corazón estaba en ello. Por eso nos dice que quien lucha alcanza sus metas.
Sobre su trabajo con los niños, nos explica que puede resultar difícil ya que se manifiestan en formas diferentes a los adultos, pero que una vez se aprende su lenguaje resultan ser una maravilla. Ella, como Jacqueline Rivera (ver artículo de Jacqueline aquí), cree en los beneficios de la lactancia y hace todo lo posible porque las madres puedan lactar a sus hijos a tiempo completo.
En cuanto a los horarios rotativos, dice que son difíciles, pero como no se pueden cambiar, entonces la vida se ajusta a esos turnos. Para no perderse la oportunidad de compartir con su familia, cuadra las actividades con su familia, quienes le ayudan mucho.
Regresando al asunto de los momentos difíciles que se viven, especialmente cuando un bebé presenta un cuadro clínico sumamente comprometido o cuando fallece, Miriam nos dice que para estar en esa Unidad: “hay que pensarlo mucho. No todo el mundo entiende esto. Si es tu sueño, debes luchas por él. Tiene muchas cosas difíciles, pero también muchas satisfacciones.” Y son esas satisfacciones las que notamos en su rostro y sentimos en sus palabras. Ella no deja ver frustraciones porque entendió hace tiempo que su trabajo es necesario y que su actitud hace la diferencia. Por eso se viste de amor y fe y todos los días llega a su trabajo con la esperanza de ser uno de los eslabones que mejore la vida de un bebé y su familia.
En Mujeres con Visión nos sentimos orgullosas de Miriam y de todas sus compañeras y compañeros de trabajo. En esta navidad agradecemos que estén ahí cuidando a nuestros seres queridos, a nuestro futuro, haciendo el trabajo de amor más sublime.