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Aventura en el Bosque Encantado


Mujeres con Visión en Bosque Encantado

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…entonces llegó Yni con sus botas altas de cuero, lista para la fiesta…

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Benjamín y Ramón

Cuando los dueños de Monte Adentro Aventour nos invitaron a ser parte de su aventura en el Bosque Encantado de Ciales, rápidamente dijimos que sí. Sus dueños y guías, Benjamín Vázquez y Ramón Betancourt, planificaban pasar un día explorando las condiciones del sendero para la nueva temporada de ofrecimientos que tendrán este año. Como sabemos que nuestras Mujeres con Visión no pierden una oportunidad para irse de aventuras, invitamos a unas cuantas a ser parte del evento.

Nos reunimos en el mirador de Ciales para salir hasta el lugar donde comenzaríamos la aventura. Todas estábamos listas para partir cuando nos llegó un mensaje de nuestra querida Yni diciendo que estaba en la cancha de Ciales deseperada porque nos habíamos ido sin ella. Le dijimos que todavía estábamos en el mirador y que llegara rápido. Como un cohete, se apareció en un abrir y cerrar de ojos, dejándonos ver sus relucientes botas. Benjamín se nos acercó para preguntar si ella andaba con el grupo de Mujeres con Visión. Le dijimos que sí y nos preguntó si ella se cambiaría los zapatos. Le preguntamos a Yni. “Ustedes dijeron que tenía que ser con zapatos cerrados, así que me puse estas botas”, nos contestó. Nos reímos y decidimos que lo peor que podía pasar era que tuviéramos que cargarla por medio monte.

Llegamos al principio del camino y desde allí supimos que sería una caminata espectacular. Lo primero que encontramos fue el recibimiento amistoso de Blackie, un perro que, según nuestros guías, nos acompañaría en toda la travesía. Lo segundo fue entrar en el área del karso que es muy hermosa, con pequeñas hondonadas, rocas que sobresalen por todos lados y una vegetación magnífica. Comenzamos a compartir con nuestras nuevas amigas de Monte Adentro Aventour y descubrimos a Lourdes “Dory” Blanco, un ser maravilloso que no dejó de reírse y hacer chistes en todo el camino. También a Nereida y a Luis, quienes le hacen comparsa en todo momento. Los tres pueden hacer un espectáculo de variedades y seguramente se vuelven virales en las redes.

Caminamos un ratito por un sendero muy cómodo y húmedo, y bajamos hasta la que sería nuestra primera parada: una cueva con una ventana al final. La subida hasta la cueva era empinada, pero todas las participantes la negociaron sin mayores problemas. ¡Hasta Yni la subió como comerse un limber! Pasamos un ratito admirando las formaciones, especialmente las cercanas a la ventana. Todas aprovechamos para tirar fotos y compartir chistes. Ya en la bajada, algunas expresaron recelo por la altura, pero todas bajaron sin contratiempos.

De ahí, Benjamín y Ramón nos llevaron a un ojo de agua que sirve de escape al flujo que se desborda desde el río subterráneo. El agua era cristalina y fría, cosa que Pakarina aprovechó para hacer “ground” descalza y recargar energías. Luego nos movimos hacia una cascadita que fluía perezosamente cuesta abajo. Nos sorprendió que podíamos caminar por las rocas y ninguna resbalaba. Aprovechamos para hacer una pausa en ese paraíso, comer algo y tomar una foto de todas las Mujeres con Visión que nos acompañaban.

Cuando continuamos el sendero, ya nos sentíamos más cercanas, más cómplices de la aventura y de la oportunidad de conocer un territorio nuevo, tanto en lo que nos rodeaba como en quienes nos rodeaban. En esa comprensión es que estriba la maravilla de la aventura: en descubrir gente y lugares que de alguna forma son nuestros, que nos complementan y nos hacen sentir felices, más grandes.

Caminamos un buen trecho por un paraíso de árboles esparcidos y una sábana de coítre (cojitre - Tradescantia pallida) que adornaba todo el piso. Llegamos a un lugar donde el riachuelo formaba una pequeña piscina cristalina y nos dispusimos a entrevistar a nuestro anfitriones. Conversamos con ellos y con las mujeres que vinieron de Monte Adentro Aventour para saber qué es lo que les hace especiales. Todas confirmaron que en las aventuras de Monte Adentro Aventour se vive algo más que la experiencia con la naturaleza, se vive un ejercicio de amistad, de compañerismo que trasciende el ejercicio y la belleza del entorno. También se vive una experiencia relajante, ya que ellos hacen sus actividades para disfrutar y pasarla bien, no para llevar a las personas como reses monte arriba y monte abajo. En fin, nos dijeron que les gusta aventurar con Monte Adentro Aventour porque les hace felices.

Un buen trecho después de la piscina encontramos nuestra segunda cueva. Esta vez, descendimos fácilmente para entrar en un pasillo largo y alto que nos regaló una vista a un insecto muy reconocido y poco entendido en Puerto Rico: el guabá (Phrynus longipes).

Guabá

Algunas siguieron con los guías hasta más adentro y otras nos quedamos tomando fotos de las estalactitas y estalagmitas, y apreciando la belleza de un cielo raso que brillaba en tonalidades rosadas y rojizas.

Lourdes Cruz

Regresamos por el mismo camino y nos detuvimos en varias ocasiones para que algunos se metieran en el río y otros tomaran fotos o descansaran. Una vez en el área donde estacionamos nuestros vehículos, quedamos nuevamente con Benjamín y Ramón que repetiríamos nuestras aventuras con Monte Adentro Aventour. En ese compromiso nos dijimos hasta luego y dimos una despedida al tercer guía de la aventura: Blackie. Como bien nos dijeran ellos al principio, Blackie nos acompañó durante todo el camino y, al final de día, se sumó como un amigo más a nuestra lista de gente maravillosa en el Bosque Encantado.

Posdata: Canalizando los mejores movimientos de Cecilia Arguelles y Alexandra Benítez, Yni no se cayó ni una sola vez. Acabó con las botas embachás, pero feliz…

 

Para más información de Monte Adentro Aventour, entra aquí:

Galería de la Aventura en el Bosque Encantado:

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