Etelvina González Martínez: Primera Mujer egresada del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad
A continuación les voy a contar la historia, de una gran mujer, que vive aún. Su nombre es la Dra. Etelvina González Martínez, natural de Lares, Puerto Rico. Ella fue la primera mujer, de un total de 24 estudiantes, egresada del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico, en la primera clase graduada de Odontología. En su gran humildad, considera que su historia no es nada extraordinaria. Ella dice, que como ella fue la única mujer en solicitar admisión, pues por eso fue la única en su clase. Serán ustedes los que me escuchan hoy o lean sobre los logros de esta mujer, quienes decidan su lugar en la historia.
La Dra. Etelvina González Martínez, nació el 16 de noviembre de 1930 en la misma casa donde habita hoy. Diseñada por su padre Rafael A. González, arquitecto y maestro de profesión. Doña Elvira y Don Rafael tuvieron una gran prole: Ana Delia, Saturnina, Rafael Antonio, Ana Lidia, Rosa, María, Etelvina, y Francisco Antonio. Todos nacieron en la misma casa, su madre fue asistida en los partos por el Dr. Felipe González, hermano de Don Rafael, quien vivía justo al frente de su casa. La misma, está ubicada en lo que es hoy la Calle Comercio. A pesar de los años, y del deterioro causado por los huracanes Hugo y Georges, donde me explica perdió muchos de sus documentos y recuerdos familiares, la casa aún exhibe parte de lo que una vez fuera una hermosa y práctica residencia, llena de rosales al frente.
Aunque su papá era arquitecto y maestro, en lo que consiguió trabajo estable fue en el magisterio. En 1940, se desempeñaba como Superintendente Auxiliar en el Departamento de Educación en Lares[1]. Su mamá, Doña Elvira Martínez López, era telegrafista del pueblo. Vivía con ellos la abuelita materna de Etelvina, quien ya había enviudado, Doña Ramona (Monín) López, quien era oriunda de Oviedo de Asturias, España.
Me cuenta la Dra. González, que su papá les tenía profesión a cada uno de sus hijos e hijas. Ella tendría que estudiar medicina, aunque habría preferido estudiar artes y letras, que eran su pasión, pero eso ya estaba decidido. Según me cuenta, su padre tenía un carácter bien fuerte, el que ella cree que heredó, y que esa fue la razón por la que se quedó soltera.
Ella y sus hermanas Ana y Rosa fueron “Valedictorian”de 1935-1942. [2] Luego la Dra. González, fue “Valedictorian” de 1942-1945 en la “Lares High School”. Después de la invasión norteamericana y disuelta todas las instituciones del gobierno español en la isla, entre éstas la Junta Provincial de Educación Pública, se comenzó el proceso de reestructuración de un nuevo modelo de enseñanza pública.
Basándose en el sistema escolar de Massachusetts, el 1ro de mayo de 1899 el gobernador Guy V. Henry, proclamó la primera ley escolar bajo el dominio norteamericano en Puerto Rico. La ley establecía la escuela pública (Common Public School) por grados (Graded School) para todos los habitantes entre los seis y dieciocho años, no más de 50 estudiantes por maestro o maestra, la “coeducación” ; es decir, que no se separaría niños y niñas, el calendario académico según el estadounidense (de lunes a viernes), la división de la isla en seis distritos escolares (San Juan, Fajardo, Arroyo, Arecibo, Ponce y Mayaguez), y la matrícula y los libros gratuitos. Dos eventos significativos que repercutieron en el problema del lenguaje tuvieron lugar en el 1948. El gobierno colonial de la isla fue modificado para permitir a los puertorriqueños elegir al Gobernador. Segundo, el Gobernador fue investido con la autoridad para designar al comisionado de Educación. El Gobernador electo, Luis Muñoz Marín, designó a Mariano Villaronga, quién por decreto administrativo instituyó el español como el idioma para la educación en Puerto Rico en el año escolar 1949-1950. Por primera vez desde 1898, Puerto Rico tuvo el español como el lenguaje oficial para la instrucción en todos los niveles de la educación pública. [3] Ya para 1952 cuando se aprueba la constitución del Estado Libre Asociado de Puerto Rico, con las aportaciones de la utuadeña y única mujer miembro de la Asamblea Constituyente, María Libertad Gómez, junto a los delegados Brunet y Mellado Parsons, redactaron la Proposición 240 para declarar el español como vehículo de enseñanza en las escuelas públicas elementales y secundarias.[4]
La Dra. González, dice que ella se benefició de la enseñanza del sistema norteamericano, ya que cuando se graduó de escuela superior en 1945, y fue aceptada en el Webster College en Missouri, junto con sus hermanas Ana y Rosa, no tuvo ningún inconveniente con el idioma. Con una gran sonrisa me dice, “fueron cuatro años felices en St. Louis, Missouri!! De esa Universidad, se graduó Cum Laude en 1949, con concentración en Química y biología. También le encantaban las matemáticas y la Filosofía. Sus hermanas Rosa y Ana también as terminaron su bachillerato en educación. Su hermano Rafael González Martínez, también estudió medicina en la Universidad del Estado en St. Louis, Missouri. Trabajó por largos años como médico en Lares y hoy día el Centro de Salud lleva su nombre.
Luego de graduarse del Webster College (1949) en Missouri, la Dra. González, regresa a Puerto Rico, ejerciendo por primera vez su derecho al voto (1952). Al respecto, me cuenta la Dra. González, que como su papá pertenecía al Partido Liberal, una vez Muñoz Marín fundó el Partido Popular, pues todos los votos de la familia serían para Don Luis.
Cuando le pregunto si su mamá, Doña Elvira, llegó a votar en las primeras elecciones luego de la aprobación (1929) del Sufragio para mujeres letradas, me dice que sí, ya que para 1929 su mamá tenía 29 años y había ejercido su derecho al voto. Le contaba ella, años más tarde, que para esa primera votación, las mujeres de Lares marcharon por la plaza pública en celebración por haber logrado su derecho al voto. La esposa de su tío, el Dr. González, Dalia Casta, sí era sufragista. Organizaba reuniones en su casa y fue la que e instó a su mamá a salir a votar y a participar de la marcha. Respondiendo a mi pregunta sobre si su señora madre participaba en esas reuniones, con cara muy seria, me contestó “…oh, no, Papá sólo se lo permitió esa vez.”
Tan pronto como regresa, entonces decide matricularse en la Escuela de Medicina Tropical de la Universidad de Puerto Rico. Allí se graduó como Tecnóloga Médica con especialidad en Patología. Trabajó un año en el Departamento de Parasitología
Para 1950, regresa a Lares y solicita trabajo en el Hospital de Distrito de Arecibo. Me cuenta que precisamente el día que iba a juramentar en su nuevo trabajo, fue el día después de la revuelta nacionalista en Jayuya. Dice que había tantos muertos que no cabían en la sala de Patología, que era donde comenzaba a trabajar. Con cara muy seria, me contó que a los muertos los tenían tapados con sábanas de papel. También me dijo que había visto a uno de los policías muertos, a quien lo tenían sentado en una silla y que su cadáver se fue deslizando hasta que cayó al piso.
Ya para ese tiempo, su papá había comprado el Teatro de Lares. Cuando ella salía de trabajar del hospital, ya que viajaba todos los días de Arecibo a Lares, se iba a vender los boletos de entrada para la película de esa noche. Me dice que era un negocio familiar, pues todos cooperaban incluyendo a su señora madre. Estuvo en el Hospital de Distrito de Arecibo hasta 1957 cuando decidió solicitar admisión a la Escuela de Odontología de Puerto Rico, que acabada de constituirse. Ella fue la primera mujer en solicitar y ser aceptada.
Origen de la Escuela de Odontología
En el mes de enero de 1955 el doctor Harold W. Brown, Ex Decano de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Columbia, sometió su Estudio sobre las necesidades de Médicos y Odontólogos en Puerto Rico [5]. Este estudio reveló que la proporción de dentistas por habitantes aproximadamente (1/8949). Esta tasa se consideraba muy inferior comparada con la de los Estados Unidos, que para esa época, era de un por cada mil setecientos aproximadamente (1,677). En esos años, la mayor parte de los dentistas ejerciendo en Puerto Rico egresaban de escuelas norteamericanas y se proyectaba que las escuelas en Estados Unidos no aumentarían las admisiones de estudiantes puertorriqueños en la proporción necesaria para mejorar la situación del escaso número de dentistas en Puerto Rico. Más aún, se vislumbraba que por diversas razones sería más difícil que los estudiantes puertorriqueños pudiesen lograr acceso a las escuelas norteamericanas en el futuro inmediato.
Como parte de este estudio y en coordinación con el Colegio de Cirujanos Dentistas de Puerto Rico se encuestó a los dentistas en Puerto Rico, como clase profesional, demostrándose un respaldo masivo a la creación de una escuela dental en el país. Este estudio concluyó que, a base de la baja proporción de dentistas a población existente la imposibilidad de mejorar la misma con la alternativa de educar dentistas en escuelas acreditadas fuera del país, existía la necesidad de establecer una escuela dental integrada con la Escuela de Medicina de la Universidad de Puerto Rico. En abril de 1955[6], el doctor Harold Hinman, Decano de la Escuela de Medicina de la Universidad de Puerto Rico y el doctor Shailer Peterson, Secretario del Consejo de Educación Dental de la Asociación Dental Americana, suscribieron un enunciado donde recomendaban a la Universidad que delineara los planes para el desarrollo de un programa educativo en odontología para entrenar residentes de Puerto Rico para atender las necesidades de salud oral del país, basados en la recomendación de East y Brown.
El plan sugerido integraría la enseñanza y experiencias de las profesiones médicas y dentales, incluyendo un programa de entrenamiento para el equipo de salud oral básico, proveyendo así dentistas graduados en el menor tiempo posible. El plan incluía la utilización de las facilidades y el personal existente en una forma eficiente, coordinada y con la flexibilidad necesaria que permitiera adaptarse a los cambios que se visualizaban para el programa educativo integrado de la Universidad de Puerto Rico. A este plan le siguió uno más detallado, sometido por el Dr. Shailer Peterson en sugerencias específicas para el desarrollo de una Escuela de Odontología en la Universidad de Puerto Rico.[7] Además se formulaba un programa completo para su implementación que incluía un análisis financiero.
El Licenciado Jaime Benítez, entonces Rector de la Universidad de Puerto Rico, sometió una solicitud al Consejo de Educación Superior, con el documento del Dr. Peterson como referencia, para crear la Escuela de Odontología. En una reunión extraordinaria celebrada el 27 de enero de 1956, el Consejo aceptó el informe del Rector y aprobó el establecimiento de la Escuela de Odontología ligada a la Escuela de Medicina de la Universidad de Puerto Rico, de acuerdo con la Certificación #85 del 6 de febrero de 1956. En ésta se estableció que la aprobación se hacía sin que la Universidad contara con los fondos necesarios para su implantación.
Por consiguiente, se facultó al Rector a gestionar los mismos y a no contraer ningún compromiso hasta que dispusiera de los recursos económicos necesarios. A tal efecto, no era posible proyectar en ese momento cuando la Escuela de Odontología podría iniciar sus operaciones.
El 8 de marzo de 1956 el doctor Ubaldino Ramírez de Arellano, odontólogo de profesión y Representante a la Cámara, presentó la Resolución Conjunta de la Cámara 3122 que asignaba los fondos durante el año económico 1956-1957 que sufragarían los gastos para la planificación y compra de equipo para establecer la Escuela de Odontología.[8] En la sesión del 24 de mayo de 1956 se aprobó la resolución con una votación unánime de 43 votos a favor y 0 en contra. Dicho proyecto se aprobó en el Senado de Puerto Rico sin enmiendas el 30 de mayo de 1956 con la firma del Gobernador Don Luis Muñoz Marín.
Su experiencia en la Escuela de Odontología
Me dice que cuando entró a la Escuela de Odontología, le hacían muchas maldades. Ella vivía en la residencia de la escuela. Era la primera clase! Recibió más resistencia de parte de los profesores que de sus compañeros estudiantes. Uno de sus profesores, le dijo en una ocasión “no crea que por ser la única mujer, la vamos a tratar diferente!” Se trabajaban las cajas de dientes, se preparaban en cera. Era difícil mantenerlas pues se derretían con el calor. Las que ella preparaba, siempre salían entre las primeras tres mejores.
Una vez se cayó por las escaleras de la escuela y se rompió el tobillo. Llegó hasta Lares, donde su hermano Rafael Antonio la atendió y la envió a la Clínica Susoni para que se la enyesaran. También recuerda que había que pagar un dólar ($1.00) por el almuerzo que se ofrecía en la residencia. A veces no tenía y lo que almorzaba era un “milky way” que costaba diez centavos y un café de cinco centavos. Para la cena, su mamá le daba arroz y habichuelas que ella llevaba. Otro detalle que me contó es que en esa primera clase, también se encontraba el papá del exgobernador Luis Fortuño, el cual no era muy sociable, y aunque aparece en otras fotos oficiales de la escuela de odontología, no quiso retratarse en la foto de la graduación.
Nadie es profeta es su tierra, dependiendo de su género
Una vez egresada de la Escuela de Medicina del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico en 1961, regresó a Lares con la gran ilusión de abrir su oficina para la práctica privada. Sufrió una gran desilusión, al ver la poca fe en ella por sus compueblanos, o tal vez era el machismo, pues le decían, que ella “no tenía fuerzas ni para sacar una muela”. Debido a la baja clientela, decidió abrir su oficina solamente medio día y el resto de la tarde, hasta el 1967, trabajó como dentista a tiempo parcial en el Centro de Salud de Lares, convirtiéndose así en la primera dentista en el Centro de Salud Público. Ya en 1978, estaba trabajando a tiempo completo como dentista y Directora de Odontología del Centro de Salud y para 1980, era Directora del Centro de Salud de Lares.
Entre las anécdotas que me contó, recuerda que a pesar de que el Centro de Salud contaba con una sala de partos, no nacían niños allí, pues cada vez que llegaba una mujer casi pariendo, dice ella, los médicos no las querían atender e inmediatamente las montaban en ambulancias y las enviaban al Hospital de Distrito de Arecibo. En una ocasión, ella reunió a su personal médico (entiéndase varones), y les dio instrucciones de que tendrían que atender las mujeres de parto allí, ya que contaban con las facilidades. Aparentemente esto los enfureció, y alguien le pegó fuego a la sala de partos. Inmediatamente ella dispuso la renovación de la sala y los volvió a reunir. En esta ocasión, ella les dijo, que podría solicitar una investigación sobre lo ocurrido, pero que lo más importante era que tendrían que atender los partos. En ese momento, uno de los médicos (quiso reservarse el nombre) la desafió, y le dijo, “qué sabe usted de parir, si nunca ha tenido hijos… a la verdad que las ganas que me dan es de darle un puño..”. Los otros médicos, tuvieron que aguantarlo físicamente, a lo que ella le contestó “…usted me dará el puño, pero yo le aseguro que de hacerlo, no volverá a ejercer medicina en Puerto Rico, en lo que le quede de vida…”. Aparentemente este enfrentamiento, y el valor que demostró, le puso punto final a la controversia y comenzaron a atender a las mujeres de parto en la sala del Centro de Salud.
Del 1982 al 1986, fungió como Directora del Proyecto Federal “Rural Health Initiative”, conocida ahora como fondos 330, en los que fue pionera para la consecución de los mismos para el Centro de Salud de Lares. Hacía viajes a Estados Unidos para presentar ponencias solicitando los fondos. Estuvo hasta su retiro en 1987, como Directora Ejecutiva de la Corporación sin fines de lucro del Centro de Salud de su querido pueblo de Lares.
Durante este tiempo también participó activamente en Asociaciones Profesionales, recibió reconocimientos por su compromiso y aportaciones al mejoramiento de la salud de sus compueblanos y también hizo algo de lo que tanto amaba, que era escribir, fue periodista y perteneció a la Junta de Directores del periódico “Surcos Lareños”. Disfrutaba de tocar guitarra, plantar orquídeas y de servir a la Iglesia Católica.
Ahora disfruta de su retiro y vive tranquilamente satisfecha con sus logros en su natal pueblo de Lares.
La Dra. Etelvina González Martínez, es otra mujer invisibilizada y yo les recuerdo que serán ustedes quienes decidan su lugar en la historia.
Bibliografía
Ancestry.com http://search.ancestry.com/search/collections/1940usfedcen/162088008 (28 de diciembre de 2014)
Brown, H. W.; Est, B.R.; A Study of Puerto Rico’s Physician and Dentist Needs. Monografía
Mimeografiada, enero 1955.
Cámara de Representantes de Puerto Rico: Resolución Conjunta de la Cámara 3122. Segunda Asamblea Legislativa, Cuarta Sesión Ordinaria, 8 de marzo de 1956
Diario de Sesiones Asamblea Constituyente de Puerto Rico, 1952
González Martínez, Etelvina- Entrevista 6 de diciembre de 2014
Hinman, Harol; Peterson, Shailer: Statement Prepared for Chancellor Benitez Relative to the Establishment of a Dental School at the University of Puerto Rico, April 1955
Historia sobre Recinto de Ciencias Médicas http://wwww.rcm.upr.edu/rcmweb/SobreRCM.aspx (4 de noviembre de 2014)
Peterson, Shailer: Considerations and Suggestions for the Development of a school of Dentistry at the University of Puerto Rico. Chicago, Illinois, Sep. 1955. Colección Puertorriqueña, Biblioteca Conrado Asenjo, RCM, UPR
Primera Mujer Graduada de Odontología - http://marianasacotonavia.com/2014/09/11/primera-mujer-graduada-en-odontología (4 de noviembre de 2014).
Rodríguez Meléndez, Rosa – La educación en Puerto Rico (1900-2005) http://hisdepuertorico.blogspot.com/2011/03/la-educación-en-puerto-rico-1900-2005.html. (3 de enero de 2015)
Suárez, Carlos L. - Escuela de Odontología de la Universidad de Puerto Rico-Cincuenta años de Historia: Impacto en la Sociedad (Actualmente en preparación) http://ihicis.rcm.edu/historiaesc/odonto (1ro diciembre 2014)
Notas
[1] 1940 United States Federal Census – Ancestry.com 12-28-2014.
[2] Estudiante con el promedio más alto en la clase y quien da el mensaje de graduación. www.merriam-webster.com dictionary-valedictorian, 3 de enero 2015.
[3] Rosa Rodríguez Meléndez, La educación en Puerto Rico 1900-2005.http://hisdepuertrico.blogspot.com 2011/03/la-educacion-en-puerto-rico-1900-2005.html
[4] Diario de Sesiones Asamblea Constituyente de Puerto Rico, 1951.
[5] Brown, H. W.; East, B.R.; A Study of Puerto Rico’s Physician and Dentist Needs. Monografía mimeografiada, enero, 1955
[6] Hinman, Harold; Peterson, Shailer: Statement Prepared for Chancellor Benitez Relative to the Establishment of a Dental School at the University of Puerto Rico, April 1955.
[7] Peterson, Shailer: Considerations and Suggestions for the Development of a School Of Dentistry at the University of Puerto Rico. Chicago, Illinois, sep. 1955. Colección Puertorriqueña, Biblioteca Conrado Asenjo, RCM, UPR.
[8] Cámara de Representantes: Resolución Conjunta de la Cámara 3122. Segunda Asamblea Legislativa, Cuarta Sesión Ordinaria, 8 de marzo de 1956.