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La mujer en la Farmacia

Cuando pensaba que escribir en este artículo, alguien me dio la idea de escribir sobre lo más que me gusta, la farmacia. Quería, sin embargo, escribir un artículo sobre mujeres. Este es el resultado de una mezcla de ambos deseos. Mi primera reacción fue comenzar a buscar estadísticas. ¿Qué porcentaje de mujeres ejercen la profesión de farmacéutico? La paga entre ambos géneros, ¿es equitativa? Ese tipo de preguntas, que aunque llevo años trabajando como técnica en farmacias de comunidad en Puerto Rico y Estados Unidos, no podía más que adivinar basado en mis experiencia.

Hay muchas estadísticas y entre ellas algunas contradicciones, pero el consenso es que la industria de farmacia, actualmente, es una de las profesiones que no está particularmente dominada por un género. ¡Buenas noticias! Y más en un mundo donde las mujeres aún tenemos que luchar para tener un trato igualitario en la mayoría de las profesiones. Al comienzo la industria de la farmaceutica fue dominada por hombres, pero ciertos eventos provocaron una gran demanda y las cosas comenzaron a cambiar. Se desarrollaron las ciudades y consigo la creación de farmacias más grandes y elaboradas. También el aumento en la población, abrió una puerta para que la mujer se posicionara en este campo. Lo más interesante que encontré fue que en el 2015 el noticiero CNN eligió la farmacia como el campo donde las mujeres y los hombres son tratados equitativamente, tanto en participación como en salario. Esto refleja mi experiencia, aún no he sentido que traten mejor a los hombres o le paguen más. Todo está también en el patrono, y en mi caso han sido justos, no he visto un desbalance en el trato.

Así que no escribo realmente de las mujeres como pensé, sino que celebro la igualdad. Celebro cuando se valora el ser humano por lo que da y no por como está. En la farmacia de comunidad, nos respetan por lo que sabemos, el servicio y el cariño que damos. Puede que haya personas que se identifican con un género en particular, pero en general, en el campo se ve una igualdad. Entonces, si esto es así en la industria de farmacia, ¿se puede lograr en otras? Yo apuesto a que sí. Sólo debemos reflexionar en los pasos que podemos tomar en nuestros respectivos entornos para que este mundo sea más como mi farmacia.

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