somos
Foto: Ika Kenes
somos
al otro lado,
somos nadie, también multitud
de efímero prestigio y sutil respeto
como el silencio de las mariposas al morir
veinticuatro horas después de su primer vuelo libre
y, como ellas, caemos en picada una y otra vez
a veces demasiadas, con la voz desollada,
arrugada como la ropa que debes planchar
señalada, escupida, pateada, insultada, mutilada
eres mujer y aguantas, soportas, callas
porque es tu carimbo de mujer
pero el estallido es inminente
a su lado,
somos la ama de casa, la azafata, la enfermera,
la poeta, la abogada perseguida por feminista
y tildada de feminazi, despedida, insultada en la prensa
obligada a ser copia barata de lo que pretenden que seamos
o, con suerte, ser deportista que no gana un carajo
pero debe agradecer que “hace la diferencia”,
que debe casi arrodillarse para obtener un uniforme
o una cancha para practicar, si ellos no la necesitan
someterse a que, de vez en cuando, retraten su carita o culito
o, ser escritora y presentar un libro,
que pocos leerán ni siguiera los aplaudidores
y mucho menos reseñarán, por ser mujer o no amiguita de…,
mientras te gritan vete a tu casa a cuidar a los niños,
a fregar hasta tu vida, porque eres mujer
a freír tus sueños hasta evaporarse
y que el marido, novio, amante,
o cualquier otro título de propiedad
te grite “¿cuáles son tus prioridades?”
que, inevitablemente, serán las suyas
pero tan solo son laberintos de cristal
a cualquier lado
eres mirada eres flor eres jardín universo
también rostro difuminado pisoteado
pero maquillado, a dieta, con una sonrisa
bienvestida te deshojas, te desalas, enmudeces
te arrodillas frente a su imagen semejanza
y haces todo, todo como sueño de la familia, sociedad, religión,
quizá seas puta zombi sirvienta hasta el final de los tiempos
o mueras de adjetivos ultrajados, desmembrados
como el amanecer en película de terror
donde la mujer es víctima hasta de su grito
pero no vamos a enmudecer
a nuestro lado
no es solución arrojarse al mar
sino al horizonte hermanadas brillando
que somos grito morado de palabras libres y puños rebeldes
¿de qué lado estás?
aquí donde seguimos siendo las locas inconformes
mientras todos escuchan el ruido de las mentiras caer
¿de cuál lado estás?
del coro cómplice que hiede, aplaude, se repite y prolonga
como titular de prensa interminable anónimo y violento
o del que se protesta a pesar de la interferencia
aunque nos cueste el trabajo de mierda,
pero satisfechas contundentes paso a paso
y eso les duele más
¿de qué lado estoy?
no hay lados para las mariposas
me paro y me levanto,
te paras y te levantas
ambas de la mano en vuelo alto
todas
¿dónde?
aquí, allá, pasado y futuro
del lado de donde nos asesinan, violan, torturan
o del lado de huir o de acusar
infaustas alternativas
pero ahora nosotras decidimos
¿de qué lado?
del que no hay que pedir permiso
nos reproducimos solo si queremos
ser río ser tierra y aire
amor lucha vida puente orilla denuncia camino
¿dónde?
aquí, donde
somos mujeres unidas, sobrevivientes, vivientes, vivas
somos aquí y allá, él, ella, tú, yo, nosotras nosotros
¿arribaremos?
lo haremos
incorporadas incorporados
desde nuestro lado
el nuestro, el único,
sin dejarnos morir
salir de las mazmorras
reescribir nuestra historia
reconstruirnos, trabajar, ser
que somos iguales, seremos mejores,
somos lucha camino alas
somos somos somos
hoy y mañana
Ana Maria Fuster Lavín
del poemario inédito
somos [las cosas perdidas en el silencio]