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Historias de una fotógrafa aficionada: Escritora de su historia


Y de vez en cuando sentada en el balcón de su alma acurrucada en la comodidad de su corazón hace una retrospección de su vida, de una historia escrita por otros.

Recuerda que era sólo una niña y no podía entender el porqué tenía que separarse de su familia. Recuerda como el miedo y la incertidumbre invadieron su interior. Sus muñecas fueron reemplazadas por una escoba y un mapo. Y fue perdiendo su infancia entre la escoba, intentando barrer las injusticias; y el mapo, intentando secar sus sueños convertidos en un mar de lágrimas.

En su adolescencia se le exigió se convirtiera en una gran “mujer”. Recuerda que la consigna era clara y precisa: obedecer, servir y callar. Y fue el recipiente de injusticias, reproches e insultos salpicados de matices violetas, negros y azules. Y entre rosas y espinas cumplía con el rol asignado, mientras su dolor emocional y físico fue ignorado y desvalorizado. Solo recibía migajas de un te amo vacío como consuelo.

Recuerda cuando decidió encender la luz en su interior para buscar su esencia pérdida, y en su búsqueda encontró una mujer que poseía todo lo necesario para tomar control de su vida y decidir sobre su presente y su futuro.

Toda mujer tiene derecho a la educación, a los servicios de salud, la seguridad, la libertad, la independencia económica, el poder de decisión y a su autonomía.

Y se convirtió en la escritora de su historia, y liberó sus miedos y permitió que el amor y la esperanza se fundieran en su horizonte.

 

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