¿Desconocimiento o revolución?
¿Desconocimiento o revolución?
¿Te has fijado que cada vez hay más casos de cáncer en los niños? ¡Cada vez hay más niños diabéticos, obesos, con problemas de tiroides, de corazón, déficit de atención y hasta con artritis y depresión! Definitivamente tiene que haber desconocimiento de muchos y lavado de cerebro de otros, pues si los padres acabaran de entender y enterarse de la verdad, habría una revolución.
¡En un estudio realizado, e informado por el Dr Pedram Shojai, en el cordón umbilical de bebés recién nacidos, de 300 posibles toxinas, encontraron 297! ¿Cómo es posible que un bebé recién nacido nazca con tantas toxinas en su cuerpo? Fácil, cuando consideras que la mayoría de los detergentes usados por mamá, los maquillajes, las cremas de cuerpo, los perfumes, los jabones, los desodorantes, el champú, y alimentos tradicionales y genéticamente modificados contienen toxinas, es fácil entender los hallazgos en dicho estudio. Súmale las cantidades exorbitantes de azúcar y alimentos procesados que le damos a los niños, y es fácil entender que nuestro desconocimiento nos dirige a complicarlo todo.
Las grandes corporaciones que manufacturan estos productos de primera necesidad están interesados en las métricas de ganancia. Si utilizar químicos tóxicos resulta en un producto con más ganancias para la empresa, esa será la fórmula a continuar usando. La parte que no entiendo es, ¿la alta gerencia de estas empresas, no tienen nietos? ¿De verdad no les importa saber que ellos son el mayor contribuyente del cáncer, diabetes, artritis de sus nietos? ¿El gobierno lo sabe, porque protegen a estas empresas?
¿Y qué me dices de la industria farmacéutica, creando medicamentos que mejoran pero que no curan, que mejoran y causan efectos secundarios, que requieren otro tipo de medicamento adicional?
Cuando lees estudio tras estudio, como yo, te das cuenta que la información existe, pero no es publicada, porque no les conviene a las farmacéuticas y a la Asociación Americana de Medicina (AMA). Hace sentido, gran parte de los anuncios en los medios los pagan las farmacéuticas y las cadenas de comida rápida. Las cadenas televisivas no quieren perder ese guiso fijo. Nueva Zelanda y los EEUU son los únicos dos países en el mundo, donde es legal pasar estos anuncios por televisión. Aparentemente el dinero es más importante que la salud de nuestros niños.
Tiene que llegar el momento en que se forme la revolución. Como madre no puedo aceptar que por mi culpa un hijo sufra de cualquier condición de salud. Si es por desconocimiento, ya es hora que lo entiendas, el 95% de las enfermedades no son por causa genética, ni por castigo de Dios. Las enfermedades crónicas, como el cáncer, la obesidad, la diabetes, la artritis y condiciones del corazón son causadas por el hombre. Tú como padre, es hora que entiendas y te eduques. Es hora de la revolución y exigir.
No tienes que pelear, sí tienes que apoyar la revolución hacia la salud. Es una revolución de carácter, exige que las empresas de comida no dañen los alimentos con antibióticos, hormonas, pesticidas y herbicidas. Exige que la industria farmacéutica deje de controlar los medios, creando medicamentos, prótesis y procedimientos excesivamente costosos. Ya es hora que manufactureros dejen de usar químicos que imitan al sistema hormonal logrando un desbalance peligroso para la salud de todos.
Como es posible que hay productos producidos por empresas norteamericanas que tienen que ser modificados, quitándole toxinas, para poder venderlos en la Unión Europea; mientras al público norteamericano y puertorriqueño el producto queda intacto, con todas las toxinas. Tenemos que ser parte de esta revolución, por nosotros, por nuestros hijos, por el futuro. Como resultado de esta revolución, los beneficios económicos estarán disponibles exclusivamente para los alimentos frescos, orgánicos y no genéticamente modificados, y los precios altos para todo lo que sea procesado, con altos contenidos de azúcar, sodio, antibióticos y hormonas. El día tiene que llegar, donde todos prefieran alimentos frescos sobre los procesados.
La revolución que traerá salud, bienestar, y alegría para todos. ¿Qué decidiste, desconocimiento o revolución?