Tu mente productiva
Día a día vivimos atiborrados de novedades, olvidando quizás que el verdadero desarrollo radica en la calidad humana de las personas que integran cada proyecto y los valores que los mismos manifiestan.
La psiquis humana siempre ha sido motivo de estudio en torno a los problemas o disfunciones que un individuo manifiesta en todos los campos de su vida, es decir que estamos ante una ciencia enfocada en los sentimientos y reacciones frente al estrés, la ansiedad, fobias o depresiones en sus diferentes niveles.
Teniendo en cuenta que una persona promedio dedica más tiempo de su día en su hogar como oficina de trabajo, es lo más común que sí se carece de armonía en el clima laboral o surgen conflictos permanentemente, esa persona se verá afectada psicológicamente por las situaciones desbordantes.
Aquí es cuando la productividad cobra fuerza y se impone como una verdadera alternativa para prevenir posibles inconvenientes ocasionados por personas con alteraciones psicosociales en el espacio relacional, y elaborar desde sentimientos como la creatividad, el amor o la realización una guía de acción para lograr en cada rol laboral y en cada persona el ansiado desarrollo y éxito desde una empresa.
Desde aquella lejana Atenas del siglo de Pericles hasta nuestros días, diversos pensadores y científicos han intentado descifrar los mecanismos por los cuales una persona llega a un estado de felicidad y placer por sus actividades cotidianas y entender la diferencia de aquellas que por el contrario padecen diversos trastornos psicológicos que les impiden disfrutar la vida y proyectar a futuro sus ideales.
Para el filósofo Aristóteles, la felicidad no sólo es un sentimiento de gozo, sino que es el bien supremo que debe alcanzar cada ser humano. Esa felicidad sólo será asequible por medio de la sabiduría y el desarrollo de las virtudes.
Avanzando rápidamente en la historia arribamos a inicios del siglo XX con el nacimiento de Carl Roger que en sus fervientes estudios ha dado el puntapié para la psicología humanista, o psicología centrada en la persona, en la comunicación y en la empatía entre pares.
El argumento rogeriano permite, por ejemplo, focalizarse en el aprendizaje centrado en el estudiante. Si extrapolamos esta teoría al mundo laboral se puede pensar a la empresa centrada en sus trabajadores y colaboradores. Y no a la inversa.
El método de Roger supone que con una cordial y atenta escucha del interlocutor, seguida de una actitud de aceptación, es posible sanear los conflictos que acorralan a la persona mediante el conocimiento de sí mismo y la libertad de expresión.
Es por eso que incentivar, dar espacio para el crecimiento y cultivar personas con actitud entusiasta no sólo trasmitiría ese bienestar hacia sus pares y jefes, sino que sería un remedio infalible para evitar problemas y estrés laboral.
Ahora bien, uno de los pilares fundamentales a la hora de obtener resultados satisfactorios es la capacidad de aplicar los contenidos teóricos o de origen conceptual a las pequeñas decisiones y actos de todos los días.
La persona productiva respeta, en primer lugar, la libertad de sus compañeros; trabaja apoyado en la voluntad de su gente, no sobre o contra la voluntad de la persona. La adhesión a su persona es por motivación gustosa y por el atractivo que el líder ejerce. El mal líder exige responsabilidades para las que no preparó y no desarrolló equipo. Los éxitos son de él y los fracasos de los subalternos.”
Por consiguiente es de suma importancia detectar, valorar y premiar a aquellas personas productivas que ayuden a los demás en sus logros, que mantengan un diálogo fluido y una unidad grupal en pos del mismo objetivo.
El éxito de cualquier tipo de negocio se basa fundamentalmente en una buena idea y en la productividad de quienes la lleven adelante. La vieja concepción fordista tan bien satirizada por Charles Chaplin en “Tiempos Modernos” reducía a una persona a un mero objetopieza mecánica que debía moverse serializadamente para armar un producto. El modelo fabril obligaba a los empleados a marcar tarjetas de entrada y salida, estipulaba un horario de dispersión y el resto de operación y no tenía en cuenta para nada los intereses particulares de cada individuo.
Atreverse a ir incorporando nuevas prácticas más humanizadas con respecto a los empleados es el gran paso para lograr un ambiente saludable y grato.
Con respecto al tiempo de esparcimiento y recreación, es popularmente sabido que una persona para crear y rendir al máximo debe distenderse y relajarse, por ello incorporar medidas que ayuden a renovar el aire no solo favorecerá la producción final, sino que también fomentará relaciones interpersonales placenteras.